miércoles, 16 de marzo de 2011

Carta a la opinión pública. - Sandra Viviana Cuellar

Hace más de quince días estamos buscando a Sandra Viviana. Hemos recorrido calles, hospitales, morgues, lugares inhóspitos, barrios populares; hemos acudido a muchos lugares donde se nos dice que Sandra fue vista, presumiendo que fue drogada y abandonada; hemos llegado a barriadas dejadas al olvido por la sociedad, lugares sin nombre habitados por seres que deambulan con su miseria a cuestas. Nadie da razón de ella. Sus familiares, amigos, compañeros de estudio y profesores, así como las gentes solidarias de toda la ciudad y el país hemos desplegado todos los esfuerzos a nuestro alcance para su búsqueda en muchos barrios de Cali, y en municipios vecinos como Palmira, Buga, Yumbo, Florida, Pradera, Jamundí, Tulúa y Guacarí. Hemos distribuido más de veinte mil volantes y afiches, y desde hace 10 días instalamos una carpa informativa cercana al lugar donde presumiblemente fue atacada Sandra, donde hemos acopiado y distribuido infamación relativa a su pérdida.

En Cali hemos realizado dos caminatas por el regreso de Sandra, con gran acompañamiento y despliegue de medios de comunicación, y en Palmira una caminata desde la Universidad Nacional hasta el centro, buscando pistas del paradero de Sandra. Se han realizado veladas culturales en la carpa, un encuentro de danza andina, una obra de teatro, y muchas otras iniciativas culturales que en su conjunto nos indican que ha habido una importante sensibilización y movilización ciudadana. Actividades religiosas y ancestrales, con las que Sandra comparte su vida espiritual, se han unido con danzas, oraciones y cantos. La iglesia católica también ha realizado acciones en su búsqueda.

Múltiples expresiones de solidaridad han surgido desde las redes virtuales, involucrando una diversidad amplia de personas y de organizaciones académicas, culturales, juveniles, de trabajadores, de mujeres, y de pueblos afrocolombianos e indígenas. Organizaciones y redes de derechos humanos han asumido la tarea de acompañar la búsqueda, respetando también las decisiones de sus familiares y amigos. Los medios de comunicación, sin excepción, han informado y asumido con dedicación el proceso de su búsqueda y algunos empresarios también se han solidarizado.

La Alcaldía de la ciudad de Cali ha ofrecido una recompensa de 50 millones de pesos a quien dé información que conduzca a su paradero, y la Gobernación del Departamento del Valle ha dispuesto sus mecanismos informativos y divulgado en su página Web la información pertinente. Senadores y representantes de diversos partidos políticos de la región han puesto al servicio de la búsqueda diferentes mecanismos de divulgación y apoyo. La Defensoría del Pueblo procedió a emitir una alerta temprana, y la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas tomó la información y se comprometió a hacerle seguimiento a la situación. Todo el mando policial se reunió con sus padres, comprometiéndose con su búsqueda.

Aunque reconocemos los esfuerzos que muchos hemos empeñado en su búsqueda, Sandra no está de vuelta. En este momento, sin conocer avances investigativos que traigan a Sandra de regreso y después de una angustiosa búsqueda, sentimos que los medios investigativos no han sido suficientes, evidenciando la necesidad de que la ciudad y el país dispongan instituciones mejor dotadas, más numerosas y más cualificadas que lleven pronto a resultados contundentes en éste y otros casos de desaparición. Está búsqueda nos cuestiona sobre la desaparición forzada en nuestro país, como lo ha dejado ver la alerta de Amnistía Internacional, la carta de seis Parlamentarios Europeos a la Presidencia de la República, y la comunicación del Presidente de Costa Rica al Presidente Santos indagando por el caso de Sandra.

Agradecemos a las organizaciones y personas que han respetado la voluntad de padres, familiares y amigos, de resaltar los valores espirituales, artísticos, culturales y profesionales de Sandra. Pero, sin duda, hay que (es tiempo de) también reconocer en Sandra su actitud solidaria y su compromiso con la justicia ambiental y social, vocación que la ha conducido a impulsar la protección de los humedales del Río Cauca, a promover prácticas agroecológicas y mercados campesinos, a impulsar procesos culturales, jurídicos y de educación ambiental para la protección del agua como bien público y de los bosques como espacio biológico y cultural vital. Sandra Viviana es, sin lugar a dudas, una mujer de gran valía para su familia, para la sociedad y para el ambientalismo.

Sus padres, su hermano, sus tíos, tías, primos y primas, sus abuelos y demás familiares, sus compañeros y amigos, demandamos de los gobiernos de la ciudad, de la región y del país, como responsables de la seguridad de sus ciudadanos, una respuesta apropiada y pronta que permita el retorno de Sandra a la sociedad y a su familia. Ante la debilidad del Estado para proteger el bienestar, la integridad y la vida de las y los colombianos, invitamos a las entidades internacionales de Derechos Humanos, a los gobiernos respetuosos de la vida, a las instituciones multilaterales, y a las organizaciones, redes y movimientos sociales y ambientalistas para que tomen en su agenda la defensa de la vida de Sandra Viviana como un símbolo de respeto por la vida, la sustentabilidad y los derechos humanos.

Agradecemos a las organizaciones locales, nacionales e internacionales que nos están apoyando y se solidarizan honestamente con nuestro dolor ante la manera como Sandra Viviana está siéndonos arrebatada, y les pedimos que profundicen todo apoyo y gestión que conduzca a su inmediato regreso.

Estamos buscando a Sandra, ayúdenos a sumar esfuerzos que conduzcan a su encuentro.

Atentamente,


Padres, familiares, amigas y amigos.

Nota: hemos abierto un correo para que se nos haga llegar toda información e iniciativas de búsqueda, y para que los interesados tomen contacto directo con sus familiares y amigos, quienes estamos respondiendo directamente por la información y por las relaciones con las instituciones y autoridades: buscandoasandra@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario