Salve tus sagradas aguas de esencia divina
Salve el sonido del viento en tus frondosas cimas
Salve tus frutos sagrados, sustento y comida.
Salve mis pasos en tus verdes campos
Salve tus aves que nos dan sus cantos
Salve tus hijos llevando el arado
Salve tu profunda noche y tus silencios cautos.
Salve a la tierra y su sublime encanto
Salve a la niebla que es un manto blanco
Cubre con el tus tesoros gratos
Que no sean saqueados por un hombre ignaro.
Tu oro y tus bosques de cedro rosado,
Cedro negro, samán, laurel negro y chagualo,
La palma de cera o el extenso páramo
Que el fuego divino proteja tu encanto.
HOMBRE DE FUEGO.
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