Se extiende como pólvora por el mundo 163 años después de que James Marshall descubriera la primera pepita en el valle de Sutter’s Mill, en Sacramento, California.
Como en Cumbres borrascosas, la única novela de la británica Emily Bronté (1847), la fiebre del oro desata hoy todo tipo de pasiones. Despierta la codicia, la ambición y el descontrolado apetito financiero de los inversionistas y las multinacionales mineras.
También el de la delincuencia común y la de los grupos ilegales, de la derecha como de la izquierda armada, y atiza la ira de los ambientalistas.
Como lo hicieron millones de enceguecidos buscadores de oro en 1848, cuando el metal fue descubierto en el valle de Sutter’s Mill (CA), esos grupos salen hoy a la “caza” de esa “tierra prometida” que diseña el oro en los mercados internacionales.
El precio de la onza del metal en dólares se multiplicó por 5 en la última década y sólo en el 2010 aumentó un 24 por ciento al cerrar a 1.350 dólares en diciembre. Pero la cotización puede catapultarse.
Según expertos, llegará a los 1.600 dólares al finalizar este año debido a las bajas tasas de interés, los temores por la crisis de la deuda en Europa y la flexibilización monetaria en Estados Unidos, y el incremento no se frenará.
De acuerdo con Richard Russell, el veterano analista de Wall Sreet, el precio del oro podrá superar los 6.000 dólares la onza, si se repite el ciclo alcista de los años 70.
La producción mundial del metal alcanzó las 16,20 millones de toneladas métricas en 2010, pero la meta este año es aumentarla en un 3 por ciento, según la firma estadounidense COM Group, especialista en investigación de metales.
Por eso, por la caída del dólar en los mercados y porque la crisis económica sigue atenazando la economía mundial en 2011, la fiebre del oro está impulsando la carrera, que ya empezó y tiende a fortalecerse en todo el mundo.
China, Australia y EE. UU., los mayores productores mundiales del metal, en orden de importancia, se pusieron “las pilas” desde el año pasado al igual que Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Filipinas, Perú, México, los principales productores de América Latina. También otros países de Asia central y África Occidental.
“El nerviosismo puso a correr a todo el mundo y la ambición seduce y enceguece a los inversionistas. Cualquier alternativa que se vincule con la explotación del oro es prometedora. Un ejemplo es la explotación de la pequeña mina de Salt Creek, de la que los australianos buscan sacar 189 millones de dólares a pesar de su tamaño”, dice a PORTAFOLIO el analista de mercados Fabio Andrés González.
Australia programa ampliar en un 11 por ciento las 255 mil toneladas de oro que produjo en 2010 mientras que Chile, más moderado, planea triplicar la explotación hasta el 2015 debido a los elevados costos que exige la extracción de grandes yacimientos del mineral a gran profundidad.
Colombia, proyectos de 29 millones de onzas
Colombia cuenta con varios megaproyectos como los de Marmato, Angostura y La Colosa , los más importantes del país, de los que espera extraer 29 millones de onzas de oro, pero antes todos deben tramitar y cumplir con los permisos ambientales y considerar las problemáticas sociales en las respectivas zonas.
Sin embargo, esta semana el Gobierno Nacional anunció que estaba prohibida la extracción de minerales en zona de páramo.
Aún siguen vivos varios proyectos, “los otros dos megaproyectos de Marmato y La Colosa continúan y se impulsarán en la medida en que la fiebre del oro siga calentado la inversión en los mercados internacionales”, dijo a PORTAFOLIO una fuente del Ministerio de Minas y Energía.
Además, la explotación del oro la siguen disputando también los grupos armados ileales y la delincuencia común organizada.
Desde enero el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos inició conversaciones con sus vecinos para frenar el contrabando de oro en sus fronteras, realizado por esos y otros grupos.
Invertir en oro, ¿lo mejor?
Pero, invertir en oro, ¿sería lo mejor en estos momentos?
“No soy experto en el tema y hago deferencia a los analistas. Lo que si no se puede negar es que a estos precios entran rápidamente en producción minas de alto costo de extracción, que rápidamente generan oferta. Además, para los Bancos Centrales se vuelve tentador conseguir recursos que generen ingresos, aún en este entorno de intereses bajos. No hay que olvidar que el oro se rije por reglas de oferta y demanda.”, dice el financista colombiano Salomón Kassin.
¿Vale la pena como inversión?
La polémica sobre el oro como inversión continúa, para unos vale la pena, para otros no. Por ejemplo, el norteamericano Warren Buffet, uno de los mayores inversionistas del mundo y tercer hombre más rico después de Bill Gates y Carlos Slim, dice que no. Que si le dieran la posibilidad de elegir entre invertir en oro, tierras o acciones elegiría las dos últimas.
Su principal razón: “Todo el oro del mundo ocupa un cubo de 67 pies y vale 7 billones de dólares, aproximadamente una tercera parte del valor de todas las bolsas de Estados Unidos”.
GLORIA HELENA REY
Especial para PORTAFOLIO
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